viernes, 23 de julio de 2010

Las pulverizaciones agrícolas y la salud de los habitantes de Luján


Proyecto Sur Luján da su opinión

Es nuestra intención mediante la presente dar conocimiento público de nuestra posición ante un tema tan importante y delicado como son las pulverizaciones con agrotóxicos en particular herbicidas formulados en base a glifosato en el partido de Luján y la posible exposición de los ciudadanos con el consecuente riesgo para su salud.

En primer lugar queremos saludar públicamente la iniciativa tomada por parte del Partido Socialista de Luján que mediante su proyecto de ordenanza logró insertar en la agenda de nuestro Honorable Consejo Deliberante el debate que es noticia en la actualidad. Asimismo, también es de nuestro interés agregar algunas consideraciones al respecto.

Desde nuestro movimiento creemos que aquello que nos debemos desde hace tiempo como sociedad es buscar entre todos y de manera responsable alternativas al actual modelo productivo. En este sentido, resulta interesante poner en consideración que el actual modelo, basado en la tecnología en pos de lograr los mayores rendimientos por unidad de superficie, no apareció en nuestro país de un día para el otro. Con esto tampoco queremos decir que estemos en contra de la tecnología ni mucho menos. Lo que sí cuestionamos es la ausencia total del Estado en el manejo del impacto provocado por este nuevo modelo que ha empujado a miles y miles de familias a abandonar sus puestos de trabajo en el medio rural teniendo que emigrar a los centros urbanos. El Estado argentino, en manos de gobiernos corruptos, incapaces de tener una visión a futuro que propicie los intereses de La Nación, no previno el aspecto de sostenibilidad del recurso tierra y ha generado un fuerte aceleramiento del proceso de agriculturización. Siguiendo esta dirección, también han quedado destruidas en el camino las economías regionales que resultan incapaces de competir con la rentabilidad de los sistemas agrícolas latifundistas. Por su parte se ha logrado expandir la agricultura hacia zonas que tiempo atrás hacían la diversidad productiva del país. A su vez, cientos y cientos de tambos han dejado de funcionar y la producción de carne vacuna hoy se limita casi en su totalidad a los corrales de engorde llamados “Feed Lots” que generan carnes con altos contenido de grasa y colesterol distantes de ser las saludables reses que comíamos antiguamente. En pocas palabras, el campo argentino se ha convertido en un desierto verde, con agricultura, pero sin agricultores.

El destino productivo del país, los cultivos, la forma en que se produce, los insumos que se utilizan y la tecnología a emplear no lo deciden ni los productores ni el Estado, lo dictamina el mercado internacional a través del mecanismo de oferta y demanda. Bajo estas condiciones los grandes beneficiarios de la renta agraria no son ni más ni menos que las empresas multinacionales. En el inicio de la cadena productiva, éstas venden los insumos que fabrican e incorporan al sistema productivo a través de “paquetes tecnológicos” y luego se encuentran aquellas que exportan todo lo producido a los países demandantes generando de esta manera ganancias multimillonarias. ¿Quienes son los perjudicados en este escenario? No resulta difícil imaginar...

Estos paquetes mencionados están basados en la utilización de semillas transgénicas, que contienen genes que las vuelven resistentes al herbicida que contiene glifosato en su formulación. De esta manera y bajo el sistema de siembra directa, se reduce ampliamente el costo de laboreo para la preparación de los barbechos (período sin cultivo) y la eliminación de las malezas una vez que el cultivo ha emergido. En consecuencia, aquello que antes demandaba varias pasadas de tractor arrastrando discos, rastras, rolos, escardadores y demás implementos, traduciéndose en un elevado costo comparativo de gas-oil y mano de obra, hoy se realiza con pulverizaciones de herbicidas, principalmente a base de glifosato y 2,4-D. De esta forma se reduce la necesidad de mano de obra en el campo la cual se estima actualmente en una persona cada 500 hectáreas de agricultura. Por otra parte, y a pesar de que muchos lo nieguen, resulta indiscutible que los AGROTOXICOS (agroquímicos) utilizados hoy en día, ya sean insecticidas, herbicidas y fungicidas, poseen efectos nocivos para el medio ambiente y la salud humana.

En conclusión, sucede que este modelo se vino imponiendo fuertemente y con las condiciones actuales de mercado, el petróleo en manos extranjeras (en consideración al precio del gasoil y los fertilizantes), el costo del flete por camión y bajo casi la total ausencia del Estado y la falta de políticas correctas tomadas por parte del mismo resulta muy difícil, cuando no imposible la salida hacia otras alternativas.

Por este motivo consideramos conveniente impulsar un modelo de cambio progresivo que resulte del consenso general entre el Estado, los ciudadanos que producen en el medio rural y los ciudadanos no productores. En virtud de lo expresado y de acuerdo a nuestro criterio aportamos a algunas ideas bases las cuales deberían llevarse a cabo por etapas. Las mismas son:

· Ordenamiento Urbano: debe buscarse una solución definitiva a este conflicto. Nuestra ciudad no puede continuar creciendo anárquicamente como lo hizo hasta ahora. No es posible ni razonable que un barrio privado se instale en el corazón de la zona rural con tierras aptas para la producción de alimentos como así tampoco debe permitirse que se cultiven tierras que distan no más que una calle de un asentamiento urbano o un colegio rural. Se deben establecer reglas claras en este sentido.



· Cordón productivo periurbano: diseñar y promocionar una zona de producción de alimentos destinados a autoabastecer la ciudad como ya ha sucedido en otras ciudades (ver ejemplo de San Genaro). La misma estaría ubicada geográficamente en un cordón periurbano. En una primera etapa se debería impulsar a dichos productores a cumplir con las buenas prácticas del manejo agrícola. Para ello debe haber una fuerte participación estatal que podría ser a través del municipio, no solo como controlador si no también como capacitador. También se deben otorgar incentivos económicos a aquellos productores que logren avances en este sentido. Los mismos podrían adoptar la forma de desgravámenes impositivos, subsidios, créditos blandos, etc. Luego en una posterior etapa el objetivo sería convertir a esta misma zona como proveedora de productos netamente orgánicos.

· Organismos de control: Impulsar la formación de organismos que controlen las condiciones ambientales y técnicas en que se realizan las pulverizaciones agrícolas para minimizar de esta manera el peligro de deriva. Debe buscarse una forma práctica de hacerlo y que esto no resulte en trámites engorrosos. Para dichas tareas podría pensarse en emplear a estudiantes avanzados de la carrera de Ing. Agronómica de la Universidad de Luján.



· Matadero municipal: Reactivación del matadero municipal para promover la diversificación de producciones ganaderas.



· Pequeños productores: Debe instaurarse un programa de apoyo a los pequeños y medianos productores y a los productores familiares. Para esto a nivel municipal se debe comenzar en primer lugar a confeccionar un registro de los mismos. También se debería impulsar un espacio para realizar ferias.


· Estudios científicos: Se deben realizar estudios científicos para obtener resultados independientes y confiables. La clasificación toxicológica actual de los agroquímicos está basada en los resultados de estudios hechos por las mismas empresas que los fabrican. En dichos estudios también se consideran solo dosis letales agudas en ratas y no así otros efectos nocivos que provoca la exposición de pequeñas cantidades de agrotóxicos a largo plazo. Debe abrirse la puerta hacia nuevas investigaciones que profundicen en el conocimiento sobre la deriva de agroquímicos y sus efectos sobre la salud humana.

· Límite de pulverización: Debe establecerse en resguardo de la salud de los habitantes una distancia mínima entre zonas urbanizadas y zona de aplicación de agroquímicos.


Esperamos que estas ideas sirvan para enriquecer los espacios de debate y reflexión. A su vez nos encontramos abiertos a todo tipo de intercambio de opiniones e información. Creemos firmemente que debemos aunar todos nuestros esfuerzos para mejorar día a día la calidad de vida de todos. Para ello debemos propiciar un clima de comprensión y respeto mutuo como así mismo también fomentar la participación de todos los ciudadanos ya que seguramente todos tienen algo que aportar. Tenemos que recuperar nuestro poder de decisión como Nación, con una mirada seria y responsable hacia el futuro y para el bien de las generaciones venideras.



Proyecto Sur Luján

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