viernes, 20 de noviembre de 2009

20 de noviembre: Día de la Soberanía Nacional- La Vuelta de Obligado y Malvinas, un idéntico significado.

por Causa Nacional

El 20 de noviembre de cada año se conmemora, desde el primer gobierno del general Perón, el Día de la Soberanía Nacional, fecha que recuerda la heroica batalla que libraron en la Vuelta de Obligado un millar de criollos contra las poderosas escuadras anglofrancesas, principales potencias colonialistas del siglo XIX.

La naturaleza última del conflicto, que tuvo en el Brigadier Juan Manuel de Rosas a un intransigente defensor de la soberanía territorial de los pueblos del Río de la Plata, se basaba en la exigencia de los mercaderes del opio y asaltantes de pueblos que el gobierno rosista aceptase la libre navegación de los ríos, en la perspectiva de propulsar que Corrientes y Entre Ríos se constituyan en Estados independientes para asegurar con ello la navegación del Paraná y del Uruguay.

Detrás de los cañones anglofranceses estaban agazapados los intereses comerciales de los bandidos de Europa que pretendían inundar nuestra incipiente economía con sus productos industriales. Desde luego, como muchas veces ha ocurrido, los colonialistas encontraron apoyo en sectores internos del país que se proponían invadir y someter. En aquellos años fueron algunos jefes unitarios, como Florencio Varela, que gestionaron la intervención armada de Francia e Inglaterra. Para tales sujetos el General San Martín tendrá conceptos tan certeros como definitorios: “quienes por un indigno espíritu de partido se unen al extranjero para humillar a su Patria, una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer”.
En 1982, en nuestra Gesta de Malvinas, también hubo ciudadanos “argentinos” que habrían intrigado con embajadores anglosajones contra su Patria, como se infiere de diversas denuncias de la época, que aún no fueron investigadas.

El gobierno de Rosas designó al General Lucio Mansilla para comandar la resistencia contra los piratas. El válido jefe militar bloqueó el río con gruesas cadenas que enhebraban una veintena de barquichuelos. Afirmó, además, en la Vuelta de Obligado, sus humildes baterías y allí enfrentó a los once buques de guerra pertrechados con casi un centenar de poderosos cañones. La lucha fue heroica. Impensada para los agresores. Los ptriotas pelearon bravamente durante siete horas. El General Mansilla, al frente de sus soldados, quedó malamente herido. En total 650 argentinos cayeron en la patriada, pero 150 piratas quedaron fuera de combate.

El significado de la jornada lo sintetizará el General San Martín: “Los interventores habran advertido que los argentinos no somos empanadas que se comen con sólo abrir la boca”. Nadie ignora, salvo los desmalvinizadores, que en el fasto de 1982 estuvimos a la altura del 20 de noviembre de 1845.
La Vuelta de Obligado, como los posteriores combates de El Tonelero, y El Quebracho, “exaltó el patriotismo del pueblo argentino hasta un grado sin precedentes”, según la opinión del investigador norteamericano John Cady.
El 20 de noviembre de 1845, al igual que a partir del 2 de abril de 1982, se libró una Guerra Nacional contra dos imperios colonialistas. En aquella oportinidad el General San Martín ofrecerá la espada que lo acompañó durante su Campaña de la Independencia, al Brigadier Juan Manuel de Rosas.

La Vuelta de Obligado también dejará otras enseñanzas importantes: si en ese día memorable del 20 de noviembre los argentinos sufrimos un revés transitorio, el 24 de noviembre de 1849 triunfó el país, pues los ingleses se vieron obligados a firmar el Acuerdo Arana-Southern, por el cual el gobierno británico reconocía que la navegación de los ríos estaba sujeta a las leyes argentinas, a evacuar la isla Martín García, saludar con 21 cañonazos a la bandera argentina a modo de desagravio...la Confederación, a través de Rosas, triunfaba en toda la línea. En Obligado se había perdido una batalla, pero una inquebrantable política nacional posibilitará, años más tarde, la derrota de las fuerzas combinadas de las escuadras de Inglaterra y Francia. La campaña derrotista y desmalvinizadora posterior a 1982, impidió conquistar la definitiva Soberanía Nacional que se presenta, así, como una tarea a realizar.

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